Son palabras grandes, mi corazón es uno y te ama de verdad...
No hay voz que Yo no escuche y sienta que es mi gran amor; éso eres y serás... Mi gran amor.
El cielo, tan azul como el mar; él es testigo de cuanto te he querido y te he llorado. Las estrellas, tan brillantes como la luz; son como las lágrimas cristalinas que un día derramé por Tí.
Te extraño... ¿No te das cuenta?
Sé que no; quién sabe, la vida dá muchas vueltas, pero en lo que dá la vuelta y regresas a mí; aquí sigo Yo... pensando, queriéndote, extrañándote.
Tus brazos... ¡cuánto los extraño!...
Somos dos almas que se aman, que se quieren y se odian...
Sé que esperas por mí... lo sé, el camino es uno y el destino es de los dos.
El tiempo... nuestro enemigo y nuestro mejor aliado, es siempre y será la barrera entre este gran amor.
No importa... yo te espero y mi odio me hace amarte más.
Sí, aunque lo niegues eres mío y de nadie más; aunque te tuve que dejar ir; el corazón me entendió; él no es egoísta... a mis brazos un día regresarás.
Aunque yo siga aquí, esperando en mi balcón, sé que aún me amas y un día vendrás...
La vida te traerá de nuevo a Mí...
Te extraño; ¿no te lo dije?
Sí... aunque el camino que has de correr, sea infinito para llegar a mí; Yo hoy cerraré mis ojos y mañana sé que estarás junto a mí.
Te odié; ¿no te lo dije?
No... porque el odio me ha hecho amarte, quererte y extrañarte.
¿Ves? la vida me ha hecho siempre tenerte dentro de mí, no importa porque Yo nunca te odié; sólo fué la vida, el tiempo y la verdad; en cambio Tú... siempre fuistes Tú.